Kafka fue un escritor checo que escribió en lengua alemana y que revolucionó la literatura del siglo XX, a pesar de haber publicado muy poco en su corta vida. Kafka nació en el seno de una familia de comerciantes judíos. Su padre lo obligó a estudiar derecho, materia por la que no tenía el menor interés. En la universidad, conoció a Max Brod, personaje fundamental ya que al no cumplir las últimas voluntades de su amigo, no destruyó sus escritos cuando murió por tuberculosis. De lo contrario, hoy no sabríamos quién era Kafka. Muy pocos autores han dejado una obra tan personal para que su apellido se haya convertido en adjetivo: decimos que algo es kafkiano cuando resulta particularmente absurdo y angustioso. Y es que las narraciones de Kafka rompieron radicalmente con el realismo decimonónico. Sus historias, aun partiendo de situaciones cotidianas, sumergen al quien las lee en opresivas atmósferas de pesadilla que reflejan la incertidumbre de la existencia. Un perfecto ejemplo de ello es _La metamorfosis_, relato en el que su protagonista, Gregor Samsa despierta una mañana convertido en un insecto.