Horacio Quiroga fue un periodista y escritor uruguayo, considerado uno de los maestros del relato corto. Estudioso de dicho género literario, llegó a redactar un _Decálogo del perfecto cuentista_. Aunque en su juventud viajó por Europa, pasó la mayor parte de su vida en Buenos Aires. Influenciado por el sentido de lo macabro de Edgar Alan Poe y la narrativa de Rudyard Kipling, Quiroga encontró en las selvas de la provincia de Misiones el paisaje perfecto para sus cuentos. En ellos, la naturaleza se muestra salvaje e implacable, fuente de horrores. Esta visión de la vida, sin duda, estaba afectada por una biografía salpicada de desgracias: la muerte de su padre en un accidente de caza, los suicidios de su padrastro y de su primera esposa y la muerte de un amigo suyo por un disparo accidental realizado por el propio Quiroga. Ya en la cincuentena, Quiroga empezó a sufrir depresiones que lo condujeron al suicidio. Pero antes, nos legó relatos únicos, recogidos en la antología _Cuentos de amor de locura y de muerte_ (sin coma por expreso deseo del autor).